Uno de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad es el relacionado a la obtención de una energía más limpia, eficiente y efectiva. El momento ha llegado en el que el chile verde, le ha de dar sabor al caldo. El momento de demostrar cada una de las habilidades como colectivo humano para afrontar esta problemática. 

Pero ¿cómo empezó todo esto?, ¿cómo es que se nos fue tanto de las manos? Todo esto empezó a raíz de la devastadora evolución en el conocimiento energético, empezando desde el exponencial avance de los desarrollos tecnológicos con la revolución industrial y la invención de la máquina de vapor a finales de los 1700, hasta el desarrollo de la era nanotecnológica y los nanochips. Tan solo han pasado tres siglos para nuestro actual progreso tecnológico, es decir ni el 0.01% de la historia misma de la humanidad, bien poquito.

Diversas fuentes de energía se han propuesto para mitigar y no saturar fuentes ya conocidas de producción energética como las hidroeléctricas y termoeléctricas. Fuentes que buscan aprovechar fenómenos de la naturaleza para la obtención de energía. Por una parte, la hidroeléctricas que transforman la fuerza del agua en energía eléctrica y las termoeléctricas nucleares que al intentar separar los núcleos de los átomos liberan una gran cantidad de energía aprovechable, proceso que se le conoce como fisión nuclear.  

El sol, por el contrario, produce su energía mediante la fusión nuclear, la cual consiste en colisionar miles de millones de átomos de hidrógeno, las cuales se fusionan entre sí, formando núcleos más grandes y formando átomos de helio. Resultado de esto es la generación de poderosas cantidades de energías, vamos en pocas palabras de un chingo de power.

Así, la fusión nuclear tiene un rendimiento óptimo en la obtención de energía, pero su proceso técnico es muy costoso e inestable debido a las condiciones terrestres. Sin embargo, un grupo de científicos chinos propusieron desde el año 2019, una máquina que puede simular un pequeño sol aquí en la tierra, su nombre es HL-2M. ¿Qué?, un sol en la tierra, ¿en serio?, ¡ahh no manches, se pasan de lanza! estarás pensando, pues sí escuchaste bien un sol en la tierra.

HL-2M, el “sol artificial”

El Tokamak HL-2M, es un super reactor de fusión nuclear ubicado, diseñado y construido en y por el Southwestern Institute of Physics (SWIP) en Chengdu, China. El proyecto HL-2M fue aprobado por la autoridad nuclear de energía atómica de China, China National Nuclear Corporation (CNNC), del cual forma parte el SWIP.

El HL-2M genera energía aplicando potentes campos magnéticos a una cantidad de átomos de hidrógeno que los comprime lo suficiente para generar plasma y temperaturas aproximadas a los 150 millones de grados Celsius, diez veces más que lo registrado en el núcleo del Sol. Así mismo, al comprimirse estos átomos, se crea la fusión de estos, generando enormes cantidades de energía contenida por medio de imanes gigantescos y una tecnología de super enfriamiento.