Desde la antigüedad, la naturaleza siempre ha sido venerada y respetada por todas sus bondades, pero también, ha sido temida y respetada por su inigualable furia, resultado de fenómenos devastadores y asombrosos, dentro de los cuales, se puede mencionar al ultra mega perrón y todopoderoso rayo, y no, no nos estamos refiriendo a los rayos del Necaxa de nuestro querido Aguascalientes.
Pero, no nos alebrestemos y volvamos al tema. Desde Zeus hasta Thor, dioses bastantes conocidos por cultura general que representan el poder del rayo, característico por su luz llamado relámpago, y por su sonido, el cual denominamos trueno.
En nuestra cultura se consideró una gran deidad que dominaba ese conjunto mágico entre luz y sonido, conjunto poderoso de un solo fenómeno natural, el rayo. Deidad conocida como el gran Yaluk, que, según el Popol Vuh, contaba con dos ayudantes, Cakulha, a quién se le asigno el relámpago y Coyopa, a quien se le atribuyó el trueno. Algo que valorar, pues al hacer esta distinción, nuestros antepasados ya sabían implícitamente de estas propiedades naturales conjugadas, que forman aquel majestuoso espectáculo lleno de poder.
Ahora bien, si está descripción de los chamanes prevalece aún en nuestro interés común, sabemos ¿cómo se forma un rayo? Aquí muchos se quedarán pensando ¡Achis, achis!, no me lo había preguntado, ¡sepa la bola! Pues, para los que tienen curiosidad y no lo saben, iniciemos con definir qué es un rayo, antes de saber cómo se forman. Los rayos son descargas electrostáticas que se dan entre una nube y la superficie de la Tierra, o entre dos o varias nubes.

Para que ocurra este fenómeno, dentro de una nube deben existir partículas de hielo, las cuales, chocan unas contra otras, estos choques hacen que se separen las cargas eléctricas. Las cargas positivas (protones) se quedan en la parte superior de la nube mientras que las cargas negativas (electrones) se forman en la parte inferior. Ahora, aquí aplica aquello de que los polos opuestos se atraen, de allí que esas cargas que se encuentra en la parte inferior de la nube van a buscar cargas eléctricas en el suelo que estén concentradas alrededor de cualquier objeto que sobresalga y esté conectado a tierra, por ejemplo, una antena, un árbol, una persona… y al momento de encontrar estos puntos, ¡zaz!, ¡la conjunción está hecha!, ¡El poderoso rayo ha surgido!

¡Ah caray! ¿Y todo eso de hielitos? Uno podría pensar “Ya me da miedito, igual me puede cargar el payaso con sólo acércame a la nevera y ya me lo pienso dos veces antes de que me pidan un refresco con hielo, un whiskyto, o lo que sea con hielo”…Jajajajajajaja, Pues no, no nos pasemos de lanza, carnal, tampoco es para tanto, esto no funciona así, son miles de millones de “hielitos” que se encuentran en una colisión de dos o más nubes, para que realmente puedas generar uno de estos rayos,  tendrías que tener miles de refrigeradores para obtener la cantidad de hielo suficiente y tener una distancia considerable a la tierra para generar un rayo, así que tranquilo, sírvete una bebida bien heladita y ya de paso invita unas chelas a los y las compas.